PORQUE PARA CONSTRUIR UN PAÍS JUSTO, equitativo y honrado se debe comenzar con cumplir lo pactado, Silent Art y El Tiranosaurio Digital les traen este reportaje gráfico sobre la llegada del Bloque Sur de las FARC-EP a la zona de desarme en Putumayo, La Carmelita. Donde más de 400 hombres del último grupo insurgente de Latinoamérica empezarán su proceso de desarme y reintegración a la vida civil, luego de que construyan las casas y baños que el Gobierno Nacional pactó tendría instalados, y que no logró.
Fotos: Silent Art
Luego de tres días a través de ríos, selvas y montañas, más de 400 guerrilleros del Bloque Sur de las Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia – Ejército del Pueblo -FARC-EP- llegaron a la Zona Veredal de Transición y Normalización –ZVTN-, La Carmelita, en Puerto Asís, Putumayo. Para empezar el proceso de desmovilización firmado hace tres meses con el Gobierno Nacional.
Eran las 4:30 de la mañana y los miembros del Bloque se levantaron para seguir el camino a la ZVTN La Carmelita, donde pondrán fin a la guerra en Colombia cuando entreguen sus armas. Que según lo pactado, se dará en un 100 por ciento el próximo primero de junio del 2017.
Estos guerrilleros que empezaron a movilizarse desde el pasado primero de febrero, representan el fin de 52 años de guerra, que han producido más de 200 mil muertos y 8 millones de desplazados internos.
La movilización alegró a los habitantes de los municipios cercanos donde históricamente se asentó este grupo en Putumayo, quienes demostraron su apoyo recibiendo y despidiendo a los miembros de las FARC, en cada uno de los pueblos donde llegaban y se iban.
“Ustedes que hacen para que la gente los quiera tanto”, preguntó un soldado del Ejército. Y un guerrillero sonriente respondió: “Somos el ejército del pueblo, trabajamos con ellos, no contra ellos”. Palabras que escuchó decir nuestro reportero, quien aclara que no todo era color de rosa “también hubo opositores que les gritaron: hijueputas”, dice.
Finalmente llegaron a La Carmelita, lo que no fue alentador. No había nada. Una casa con tres cuartos para 400 personas. Pero guerrilla es guerrilla y armaron cambuches, incluso independientes para los niños y mujeres del lugar.
Otro desaliento fue la poca comida. Ese día en la mañana, desayunaron pan, jugo y galletas. Los alimentos estaban a cargo del Gobierno Nacional. Muchos miembros de las FARC son madres lactantes. Según el comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, son 65, y hay actualmente 87 embarazadas.
Y para colmo su caminata sucedió en medio del asesinato de otro líder social en el marco del posconflicto, que según lo acordado en el capítulo que incluye las garantías de seguridad y lucha contra las organizaciones y conductas criminales, no tendría por qué estar sucediendo. Y ya van ocho.
Lo anterior reflexionando sobre la década de los 80s, cuando sucedió la matanza sistemática de los líderes sociales y defensores de Derechos Humanos de la Unión Patriótica –UP-. Y por el reciente informe de la fundación Paz y Reconciliación, en el que concluyen: Colombia está a punto de presenciar un nuevo genocidio.
Mientras tanto Rodrigo Londoño señala en su cuenta de twitter respecto al tema: “Mientras las FARC estamos cumpliendo rigurosamente lo acordado, el Gobierno no lleva infraestructura a las zonas veredales”, y el Gobierno responde que las muertes no son sistemáticas.
La Paz es frágil y la siguiente generación de colombianos serán los encargados de construirla, aquellos que ven en la resiliencia el camino para salir adelante.
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Agradecimientos a la comisión cultural y de propaganda Domingo Biohó.
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